En los casi seis años del acuerdo comercial con ese bloque económico, los bienes mineroenergéticos pasaron de tener una participación de 70% a 45%.
Si bien las cifras de comercio entre la Unión Europea (UE) y Colombia no arrojan grandes resultados en los primeros seis años del acuerdo –que se cumplirán el próximo primero de agosto–, Christoph Saurenbach, Consejero Comercial de la Unión Europea en Colombia, rescata que gracias al tratado las exportaciones se han diversificado y el agro ha tenido una gran protagonismo.
Saurenbach le dijo a Portafolio, que uno de los grandes ganadores ha sido el aceite de palma, que incluso podría ganar más participación de mercado en la UE, en la medida que haya prácticas sostenibles de producción.
¿Cuál es su balance del TLC en estos casi seis años?
La coyuntura global realmente ha presentado bastantes desafíos, para ambos lados. Las exportaciones colombianas han caído bastante fuerte, más por el tema mineroenergético y los precios globales. Colombia no pudo aprovechar tanto la depreciación del peso, pero también la coyuntura interna en la Unión Europea no fue la mejor. Salimos de la crisis, pero teníamos crecimientos con cifras entre el 1% y el 2% del PIB anual. Ya en el 2017 tuvimos 2,4% de aumento, lo que demuestra que podemos tener más importaciones, por lo que el consumo interno en el bloque está arrancando otra vez, lo cual presentará más oportunidades.
A pesar de esta coyuntura global complicada, hay dos mensajes importantes para las exportaciones colombianas. Primero, la diversificación, que es probablemente el primer desafío para la economía colombiana, para crear empleo formal y sostenible y el desarrollo rural. Este país necesita una economía más diversificada. El acuerdo con la UE sí ha contribuido a esa diversificación, gracias a un acceso preferencial al mercado común más grande del mundo, con unos 510 millones de consumidores.
Hemos visto que en el 2012, un año antes del TLC, la exportación estaba en más de 70% dominada por productos minero energéticos y hoy en día estos contribuyen solo con 45% a las ventas externas hacia la UE. Hemos visto muchos productos agropecuarios que se han beneficiado con el acuerdo.
¿Como cuáles?
Son los cuatro clásicos grandes: banano, café, flores y el aceite de palma, que dominan las exportaciones. Pero hay muchos más productos; tenemos un desempeño espectacular para el aguacate hass. Hace cinco años era poco conocido en la UE y ha incrementado más de 60 veces, su exportación a la UE, en los cinco años.
Con la uchuva pasa algo similar. Hoy en día uno entra a un restaurante en la UE y ofrecen cócteles con una uchuva o postres con esta fruta. Pienso que es un potencial que Colombia apenas está descubriendo.
¿Qué oportunidades tiene el aceite de palma colombiano frente a la coyuntura en la UE donde se está rechazando este producto ligado a la deforestación?
Ya hay en el aceite de palma un crecimiento muy importante en las exportaciones de Colombia a la UE. Si en el 2012 eran 61 millones de euros, el año pasado fueron 292 millones de euros.
Lo que es importante es aprovechar a lo máximo el sistema internacional de certificaciones, como la RSPO. Vemos que una gran parte de las exportaciones colombianas a la UE sí tienen este certificado. Estos sellos son muy importantes. En el debate internacional el aceite de palma no tiene la mejor reputación, porque en muchos países en el mundo, la producción está estrechamente vinculada con deforestación y estándares laborales bajos. Si Colombia puede demostrar que, como dicen los productores de aceite de palma, es un producto único y diferenciado, podrá aprovechar más la exportaciones a la UE. Vale recordar que un 98% de esas importaciones vienen de Asia.
¿Colombia podría morder más participación?
No veo por qué no. Además, Colombia tiene un acuerdo comercial preferencial con la UE, mientras que los países productores asiáticos todavía no lo tienen.
¿Cuáles han sido los ‘lunares’ en estos seis años del tratado?
Tuvimos un tema particular que afectó las exportaciones de bebidas alcohólicas de la UE a Colombia, que fue el régimen departamental de acceso a los departamentos. Mientras que aceptamos plenamente el derecho de Colombia de implementar el monopolio de producción de licor y sostener las licoreras departamentales, insistimos en un trato igual, un trato nacional. El mismo sistema tributario y el mismo tamaño de los impuestos, pero también las mismas reglas de acceso al mercado para los productos importados y los nacionales.
Hubo problemas con ese trato nacional, pero con la ley de licores, aunque se aprobó en el 2016 y entró en vigor en enero del 2017, sí hemos visto que el acceso se ha mejorado bastante. En la chatarrización llevamos muchos años discutiendo con Colombia.
Reconocemos plenamente el derecho de Colombia de incentivar la chatarra de vehículos viejos, para promover buenos estándares ambientales, pero pensamos que el uno por uno, no cumple con esos requisitos. No es un sistema que realmente promueva estándares ambientales.
Es un sistema que se volvió una barrera de entrada para vehículos nuevos, que cumplen con estándares ambientales más altos que los viejos que están en el mercado. En vez de mejorar el desempeño ambiental de la flota vehicular en Colombia, el uno a uno según nuestros análisis tenía el efecto contrario.
Denominación de origen
Christoph Saurenbach, Consejero Comercial de la Unión Europea en Colombia aseguró que “ya existe una lista para el reconocimiento de las denominaciones de origen colombianas. De hecho, el café de Colombia es la primera denominación de origen no europea protegida en la UE. Colombia pidió incluir varias nuevas denominaciones y esperamos acabar ese proceso este año”. Allí se incluirían, en especial, los cafés departamentales.
**Tomado de Portafolio.com en:
https://www.portafolio.co/economia/el-tlc-con-la-ue-diversifico-ventas-externas-del-pais-517184